Cada segundo que pasaba de la clase se hacía eterno... sobre todo porque la maestra veía de reojo a Alondra.
Mientras tanto las dos compañeras arrastraban el lápiz sobre el cuaderno, tratando de seguir las indicaciones de la maestra.
-Oye- dijo Alondra.
-Parece que ya se le olvidó a la maestra pedir el trabajo ¿Verdad?
- No te confíes mucho Alondra, todavía falta media hora para salir y ni con el sandwich que te comiste podrás lograr que pasen los minutos mas rápido.
- Ummm, de veras, oye que vas a hacer en la tarde, ¿Todavía tienes esa aburrida clase de cerámica?
- Pues...creo que sí.
-¿Que pasa niñas?- replicó la maestra- A ver Alondra, ven para acá.
-Continuará....
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